Las fracturas en niños son comunes y generalmente son producidas por caidas. Las más serias por accidentes con vehiculos de motor como carros o motocicletas. Una fractura indica la ruptura o quebradura de un hueso. El término fisura implica una fractura incompleta.
Las manifestaciones más comunes son: Dolor, Hinchazón e Incapacidad para utilizar o mover el área lesionada, en los casos severos puede haber deformidad. No siempre es fácil saber si existe una fractura, especialmente en los niños pequeños que aún no pueden hablar.
Cuando se sospecha de una Fractura: Se debe inmovilizar el área usando un periódico o revista enrollada para disminuir el dolor y evitar que se produzca una lesión mayor. El brazo se puede inmovilizr con un cabestrillo utilizando una pañoleta o tela. Aplicar hielo localmente disminuye el dolor y la inflamación. No se recomienda apicar hielo en niños menores de 2 años, ya que su piel es delicada y no pueden decirnos si el hielo les lastima. Si existe una herida sangrando o si se puede ver el hueso a través de la herida, coloque una gasa o tela limpia (de preferencia estéril) haga presión e inmovilice el área y traslade inmediatamente al paciente a un hospital.
En todos los casos en que se sospecha una Fractura, se debe valorar por un Médico y tomar Radiografías del área afectada. Una vez establecida la magnitud de la lesión se realizará el tratamiento específico por un Especialista en Traumatología Pediátrica.
Los huesos de los niños son más elásticos y flexibles, por lo que es común que las fracturas sean incompletas y con poco desplazamiento, lo cual facilita su tratamiento; además las fracturas en niños cicatrizan más rápidamente que en los adultos. De hecho la mayoría de las fracturas en niños pueden ser manejadas con una inmovilización en yeso o incluso con una férula; mientras que en adultos la muchas requieren de cirugía para obtener un buen resultado.
Cuando los fragmentos de hueso se desplazan y producen una deformidad generalmente se requiere de una “Reducción”, la cual es un procedimiento para acomodar los huesos y luego inmovilizarlos con un yeso o férula. En algunos casos se puede requerir el uso de clavos, tornillos o placas para fijar y mantener los huesos en su lugar.
Una vez que se reduce e inmoviliza una fractura el dolor disminuye. Si el dolor aumenta o si el niño no puede mover los dedos, o estos se ven muy pálidos, morados y fríos, o cuando el niño tiene los dedos adormecidos. Es importante ver al doctor inmediatamente, ya que es posible que se haya producido mucha hinchazón dentro del yeso y se esté comprimiendo la circulación. Esto generalmente requiere que se abra o se cambie el yeso por uno más amplio lo antes posible.
La mayoría de las fracturas en los niños terminan con un buen resultado, ya que incluso cuando los huesos no pueden ser alineados a la perfección existe un proceso llamado Remodelación que ayuda a alinear la fractura mientras cicatriza.
Escrito por Dr. Aurelio Martinez