
Como en cualquier cirugía se debe hacer una evaluación previa de la salud del paciente, así como una evaluación clínica de la articulación lesionada y una serie de estudios (Radiografías, Resonancia Magnética) que ayudan a establecer el diagnóstico y el plan de tratamiento. No debemos olvidar que la Artroscopía es solo un método a través del cual se realiza el tratamiento.
Generalmente se realiza en un Hospital o en un Centro de Cirugía Ambulatoria, y en la mayoría de los casos se puede realizar sin internar al paciente. La Cirugía Artroscópica se ha vuelto el procedimiento Ortopédico más común y la rodilla es la articulación que más se opera. En el mundo se realizan unas 4 millones de Artroscopías de rodilla cada año, la mayoría de ellas para reparar o retirar fragmentos de meniscos o cartílago lesionados, reconstruir ligamentos o retirar tejido inflamado o infectado.
Las principales ventajas de la Artroscopía contra la cirugía abierta convencional, son:
1) Al realizarla a través de pequeñas incisiones el daño a los tejidos es menor, lo cual produce menos dolor e inflamación.
2) Permite una mejor visualización de las articulaciones, lo que facilita la operación.
3) Permite una recuperación más rápida
4) La mayoría de las veces no requiere de hospitalización.
Después de la Artroscopía se requiere de una período de reposo o disminución de la actividad, aplicación de hielo y ocasionalmente el uso de muletas y medicamentos para el dolor o anti-inflamatorios y posteriormente rehabilitación según sea el caso.
Escrito por Dr. Aurelio Martinez